LA “SUPERWOMAN”

LA MUJER ES Y SERÁ IRREMPLAZABLE EN EL GOBIERNO DEL HOGAR, PORQUE ES EL DIRECTOR DE ORQUESTA IDEAL PARA LOGRAR LA ARMONÍA JUSTA EN EL BUEN FUNCIONAMIENTO DE ESA DIFÍCIL EMPRESA.

La vida de la mujer actual está atravesando una etapa de transición que suele provocarle un estado de estrés difícil de sobrellevar, debido a que el rol de la mujer en la sociedad se ha ido modificando a partir del masivo ingreso femenino al mercado laboral.

A principios del siglo pasado, esta situación no existía. Las mujeres eran educadas para casarse, tener hijos y atender un hogar. Eran escasas las familias que mandaban sus hijas a la universidad.

Actualmente las estadísticas reflejan una mayor afluencia femenina a los recintos académicos con gran dedicación a los estudios, dando como resultado un mayor porcentaje de profesionales mujeres que se reciben.

Por otra parte, la participación femenina ya no se limita a carreras estrictamente para mujeres, sino que abarca todos los ámbitos profesionales.

Este nuevo rol de la mujer en la sociedad ha modificado su papel en la familia, cuyos miembros aún no han podido adaptarse a las nuevas reglas de juego.

La mujer ha incorporado nuevas tareas a su quehacer cotidiano, sin descuidar las que realizaba habitualmente, debido a que no encuentra reemplazante.

Todavía muchos hombres, educados con madres que realizaban todas las tareas hogareñas, no pueden asumir la obligación de colaborar a la par con sus parejas en las actividades del hogar. Ellos tendrán que ir adaptándose, cada vez más, al nuevo rol que les exige la vida moderna colaborando activamente con las tareas domésticas.

La mujer es y será irremplazable; es el director de orquesta ideal que puede lograr la armonía justa para el buen funcionamiento de la difícil empresa que es llevar adelante un hogar.

El correcto desempeño de su papel como madre, les dará a los hijos el ambiente necesario para que puedan mantener un estado emocional equilibrado, sin altibajos ni conflictos.

La imagen de la mujer en el hogar es insustituible para los hijos, y no implica la realización de ninguna tarea sino sólo el hacerse cargo de la atención necesaria para que estas tareas se cumplan.

Las mujeres, aún hoy, siguen tratando de elevar su autoestima después de muchas generaciones de sometimiento y desvalorización; y de haber sido consideradas por gran parte de las culturas, como seres inferiores sin ninguno de los derechos del hombre.

PERO, ¿PODEMOS HACERLO TODO?

Hoy en día existe una gran confusión con respecto a los diferentes roles que debe asumir la mujer del siglo XXI.

Cuando están solteras, buscan hacer una carrera, independizarse y ser exitosas. Esperan encontrar algún hombre fabuloso con quien casarse, hacer una familia y vivir felices por siempre; pero al querer tenerlo todo: éxito, trabajo, hijos, mantener la casa, al marido, ser buenas hijas, madres, esposas, hermanas, amigas, amantes, etcétera… fallan porque no hay suficientes horas en el día para poder complacer a todo el mundo.

¿Resultado de este ritmo de vida? Al final de la jornada quedan cansadas, agotadas y con la terrible sensación de no estar cumpliendo con su deber.

Hay que asimilar esto: no son súper mujeres. Intentar serlo sólo genera frustración y cansancio. Para evitar esto, se deben proponer metas realistas, aprender a delegar, saber pedir ayuda y entender que no poder con todo es normal.

Lo importante es que las mujeres posean una vida propia, que sean financieramente independientes, ya que esto genera una sensación de seguridad, poder y bienestar que las ayuda a sentirse realizadas. Ir al gimnasio, tomar alguna clase, contribuye a llevar una vida más feliz, completa y segura.

LA “SUPERWOMAN”.

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