El Hotel Moscú de Belgrado donde estoy quedándome es un hermoso hotel con interiores art-decó situado frente a un horrible edificio de la época del comunismo imposible de tumbar. En este hotel estuvieron hospedadas grandes personalidades, desde Albert Einstein hasta Kirk Douglas. En mi habitación estuvo alojado Einstein y su retrato lo demuestra. Espero ahora en el sublime restaurante una Cesar Salade con camarones en lugar de pollo y mientras tanto, la música, altísima, propala la voz de Julio Iglesias.
Afuera el día es soleado y oigo también las voces de los niños jugueteando en la gran avenida. La atención es refinada, la gente es correcta y bien educada. La comida es excelente. Adoro la comida serbia. Hace unos días en la ciudad de Novi Sad almorcé unas carnes maravillosas y por la noche cenamos comida del mediterráneo, la única alteración fue probar aquel viejo refresco de cola que también…
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