La maleza cubre lo que fue un icono del esplendor nazi.GETTY IMAGES
CARMEN VALERO
La casa en la que el ministro de Propaganda del Tercer Reich citaba a sus amantes y proyectaba películas batalla contra el tiempo. «Mi esfuerzo no tiene sentido», dice su vigilante
Todo sigue igual, abandonado. El guardián solitario de la villa en la que Joseph Goebbels citaba a sus amantes y organizaba fiestas con el ‘glamour’ de Hollywood, ha perdido la batalla contra el musgo y la maleza. Los años han debilitado a este hombre de 64 años y el invierno ha endurecido sus articulaciones. El don Quijote de Bogensee que dice ser ya no ve gigantes en los molinos de viento. «Haga lo que haga, la naturaleza lo recupera. Mi esfuerzo no tiene sentido», declara.
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Origen: ELMUNDO