Ante esta alternativa entre el posthumanismo y el animalismo algunos seguimos creyendo en la Naturaleza, en la Creación y, por ende, en el Creador. En este contexto me parece oportuno recordar la vieja frase atribuida a Séneca: “No hay vientos favorables para quien no sabe a donde quiere ir”.
Me ha resultado de interés el reciente libro del filosofo francés Francis Wolff titulado ‘Tres Utopías Contemporáneas’. Simplificando, básicamente sostiene que nos encontramos en una situación en la que los humanos ya no sabemos quiénes somos. Tras afirmar que ya no creemos en la salvación común (“ni en la salvación, ni en lo común”) razona la concurrencia de tres factores en ello: el declive de la política; la desconfianza respecto del Bien; y, el reino de los derechos individuales.
En su criterio “lo político parece haber vencido a la política (política que implica la existencia de un ‘nosotros’). La increencia en el Bien se traduce en que “aspiramos simplemente a una sociedad -o a un mundo- menos malo; las manifestaciones que movilizan, de vez en cuando, a los jóvenes occidentales se rebelan contra alguna cosa en vez de movilizarse a favor de algo”.
Sigue…
Origen: Actuall