El salvadoreño Israel de la Cruz Meléndez, de 75 años, emigró a Estados Unidos en 1980 y hasta la fecha no sabe leer ni escribir, pero ello no fue impedimento para que a base de memoria haya logrado la ciudadanía en el país de acogida.
«Para los que no quieren, que dicen que no, que no puedo. ¡Sí se puede!», exclamó a Efe el inmigrante, un trabajador jubilado que vive de una pensión de 800 dólares que no le permite pagar un alquiler y que lo obliga a dormir en sofás de amigos, o en su propio automóvil.
Origen: EFE